Tras la aventura Rompiendo limites 2010 en pakistan, es hora de ver las primeras imágenes en vídeo de Ramón Morillas, Tom de Dorlodot y todo el equipo de la aventura.
Como ya sabréis, este año se han encontrado con unas inclemencias metereológicas malísimas que han hecho que este año la aventura fuera diferente.
Aprovechando la ocasión, hemos entrevistado a Ramón para que nos de su punto de vista y nos explique la vivencia.
Vídeo
Entrevista
Este año vuestra aventura se ha visto empañada por las peores lluvias monzónicas de los últimos años. ¿Cómo habéis vivido esta difícil situación?
Pues sí, como dices fue una situación difícil. Cuando tienes unos objetivos y la meteo no te deja, empiezas a arriesgar más e intentar volar en condiciones no demasiado buenas, de todas formas de todo se aprende. En este caso lo más importante es darte cuenta que los objetivos deportivos no son nada comparado con lo que la gente del país sufrió. Ver como entre todos se las apañan para seguir adelante con sus vidas, por encima de las desgracias que pasaron, es una lección para nosotros.
Realmente, sólo cuando estábamos haciendo el vuelo vivac, fue que nos quedamos aislados sin poder salir y con unas lluvias torrenciales, el nivel del río subió y se llevó puentes y trozos de carretera. Por suerte en la primera oportunidad de vuelo pudimos salir volando. Después, cuando estábamos con los vuelos en paramotor en la zona de Gondogoro también estábamos bajo lluvia, los desprendimientos y subidas de los ríos afectaron bastante la zona.
Teníamos varios objetivos en esta expedición: Vuelos vivac, vuelos de altura y exploración en Paramotor y apoyo aéreo a la expedición de la selección nacional femenina de Alpinismo. Los vuelos de travesía vivac los tuvimos que reducir, pues las lluvias no nos dejaban, por otro lado hicimos vuelo vivac forzoso para salir de la zona y al final fue muy interesante y emocionante.
Con motor teníamos previsto llegar al campamento de concordia (debajo de Broad Peak y K2) y allí instalarnos para los vuelos de altura. Los pilotos llegaríamos volando y el resto del equipo pasaría por el Gondogoro a casi 6000 metros de altitud con todo el material. Los desprendimientos y la lluvia nos lo impidió así que los vuelos que hicimos eran de ida y vuelta, no teníamos el apoyo tan cerca como queríamos, además perdíamos tiempo de vuelo para llegar. Por el contrario las transiciones y remontadas eran espectaculares, así que la exploración aérea fue muy bien. El apoyo a la expedición de alpinismo también dió sus frutos, conseguimos hacer imágenes aéreas de la montaña que querían subir, “Sebas Tower”, que les fueron de mucha ayuda para decidir por dónde acometer la subida. En los tres casos fueron “Vuelos Monzónicos” aprovechando claros entre nubes y momento estables.
Creo que los objetivos no cambiaron demasiado, sólo los resultados, es decir, no pudimos hacer ningún récord de altitud pero volamos entre 6000 y 7000 metros varias veces, sobrevolando la zona con más concentración de montañas de más de 7000 metros del planeta. Tres veces pasamos el collado de Gondogoro y tuvimos el K2 a tiro de piedra, remonté el mítico Laila peak y la Sebas Tower entre otras montañas de 6000 metros; en fin estamos muy contentos de las decisiones y cambios que tuvimos que hacer así como de los resultados. Conseguimos unas de las mejores imágenes y fotos nunca hechas de la región.
Claro que pensé en ello, además me ha tocado contarlo varias veces. Como he contado antes al no tener a nuestra gente en concordia, tuvimos que acampar a más de 30KM de distancia. Eso hacía que el vuelo de ida fuera muy trabajoso, pues teníamos que recorrer bastante zona glaciar, además de gastar combustible. Ese día parecía bueno y como los días de sol y nubes altas eran escasos queríamos aprovecharlo. Desde el principio percibí demasiado viento de norte (de cara). Normalmente allí predominan los oeste, de todas formas continuamos. Estaba bastante guarro pero al llegar al Gondogoro ya estábamos altos y la turbulencia bajó de intensidad. Después de más de un mes de espera no dudamos y entramos a concordia , la visual era demoledora, el Glaciar del Baltoro , el K2 y Broad Peak por fin cerca de nosotros, y justo ahí el motor se paró.
Estábamos a 7000 metros, habíamos girado una térmica y entré en las barbas de la nube, posiblemente el vapor de agua se congeló en el venturi del carburador. La posibilidad que esto ocurriera la tenía muy clara y había repasado mentalmente todas las opciones, rápidamente decidí intentar pasar de nuevo al otro lado del Gondogoro, dónde el viento era favorable y aparentemente el planeo me daba (volaba un Omega 8 de Advance con más de 10 de fineza). Además si me quedaba en el Baltoro, primero tendría que encontrar un sitio para aterrizar y segundo tardaría en salir más de una semana, con lo cual perdería la opción de intentarlo otra vez. Bueno el caso es que pasé muy justo. Tomas volando encima mía no se lo podía creer, pensaba que no podría pasar los collados y glaciares colgados a más de 6000 metros, de hecho viendo los videos a posteriori, tampoco yo lo creería. Obviamente al otro lado estaba muy rotorizado y se sumaban los vientos de Norte a los descendentes que formaban los glaciares. Aún así continué con la esperanza de acercarme al máximo a zonas conocidas, llevaba más de 20 días volando esa área. Al final empecé a descender bruscamente en la base norte del Laila Peak y, al enfrentarme para aterrizar, las turbulencias me azotaron como si fuera una pluma y me vi muy bajo encima de la Morrena Glaciar. Con grietas y rocas, no tuve más remedio que dejarme ir en cola y con la vela sin presión entrar subiendo los pies en un área plana de hielo, sorteando rocas y dando vueltas me paré. En los últimos momentos antes de tocar hielo, pensaba que me rompería algún hueso, pero felizmente no fue así, caí bien y amortigüe con el chasis, eso sí, hélice rota y chasis doblado.
El dispositivo de emergencia funciono bien, habíamos previsto esta situación. En mi equipo tenía, además de comida y agua, un sistema de posicionamiento Spot, que da mi posición en cualquier lugar en la web en tiempo real y con el teléfono satélite hablé con Sebastián Álvaro, líder de la expedición y gran conocedor de la zona. Sebsatián me explicó cómo salir del glaciar ( tenía que encontrar el camino entre las grietas). Luego la suerte de tener a el campamento base del alpinista Español Ramón Portilla a menos de 3 horas me evitó dormir a la intemperie, aunque con el mono de plumas lo hubiera hecho sin problemas. Después de un día entero caminando me reencontré con el resto del equipo
Después de la experiencia acumulada en los últimos años, todo ha funcionado muy bien. Cada aspecto lo vamos depurando e intentando dar soluciones a cada problema. A nivel frío, excelente, con el mono de plumas de Diamir, la ropa interna de Peak Performance, las botas de Boreal y los guantes térmicos de Nirvana casi no se noto.
El tema de velas, en mi caso me decidí por una Omega 8 de Advance, para vuelos de altitud y un sigma 7 para el resto, me gusta la sensación de vuelo que me dan y en el caso de la omega para tener las mejores prestaciones en los momentos difíciles.
Yo use un paramotor PAP con un motor de HE 220 dúo en el que trabajé durante el invierno en la confortabilidad con todo el equipo extra y en el empuje en altura. Esto último tiene difícil solución: por el momento sólo cambiamos el paso de la hélice y la reducción… un motor de 2 tiempos teóricamente tiene un techo muy inferior a los vuelos que ya conseguí, eso será un trabajo para el futuro.
Como comenté antes, los vuelos dieron bastante resultado y experiencia de exploración, pero sobre todo la convivencia con los habitantes su amabilidad y la facultad que tienen para sobreponerse a la adversidad.
Seguramente , pero preferiría dejar un año de descanso o hacerlo en otra fecha, quiero pasar los veranos un poco más en familia.
Felicidades de nuevo y hasta la próxima!
Gracias!
Podéis volver a ver las fotos de la aventura en Rompiendo límites 2010 en Pakistan