Baso de expansión para la reductora.
Por: Francisco Javier Albizua
Las reductoras mecánicas de nuestros paramotores van en baño de aceite, este se calienta y aumenta la presión poniendo a prueba los retenes. Algunas, por su diseño, son propensas a coger presion con facilidad. Si la presión es excesiva se abre una válvula de alivio que lleva en la parte alta del cuerpo de la reductora, y sale el aceite, manchándolo todo y perdiendo el aceite. Cuando se ha salido en varias ocasiones ya no sabemos cuanto aceite queda y tendremos que rellenar, y el aceite que recomiendan los fabricantes es bastante dificil de encontrar, y si echas uno tipo “caja de cambios”, al ser más liquido se saldrá con mayor facilidad.
Se puede cambiar el aceite por grasa consistente, pero esto no es bueno para la reductora, porque cuando arrancamos el motor, esta fría la grasa y se va hacia la parte exterior del cuerpo de la reductora como consecuencia de la fuerza centrifuga, y estaremos un rato, hasta que coja temperatura, con la reductora mal lubricada. Mi amigo Manuel me aconsejó fabricar un vaso de expansión, para que la reductora trabajase a presión atmosférica y cuando subiera el aceite por presión, volviese a bajar por gravedad, así que me puse manos a la obra. Como vaso de expansion utilicé un deposito de liquido de frenos de una moto. Lo encuentras en cualquier tienda de repuestos. Para unirlo a la descarga de la reductora compraremos, en algún almacén de neumática o hidráulica, un racor para tubo flexible que tenga la misma rosca que nuestra válvula de alivio.
Lo primero es desmontar la válvula de alivio (lo lógico es que ya la tengas desmontada, porque la llevaras de muestra para pedir el racor) y sustituirla por nuestro racor. Luego conectamos el tubo flexible, que será del mismo tipo que el que usamos para la gasolina, la longitud de este irá en función del soporte que pongamos para el deposito.
Yo primero fabrique uno en aluminio y lo atornillé al cuerpo de la reductora cambiando dos tornillos de esta por otros mas largos que salgan por detrás, y en el sobrante puse la pletina y la sujeté con dos tuercas autoblocantes.
No llegué a estrenarlo, porque en una ferretería vi una pletina de acero inox para reforzar armarios, y no me lo pensé. Esta la fijé al cuerpo de la reductora con un solo tornillo, y un poco de papel de junta a modo de amortiguación.
Bueno, pues ya está fabricada nuestra expansión, las ventajas son: La presión siempre es la atmosférica y no forzamos los retenes. Cuando sube la temperatura el aceite sube al vaso volviendo a bajar por gravedad, no mancha y no se pierde el aceite. Puedes utilizar aceites de caja de cambios convencionales, mas faciles de encontrar.
Fantastico taller de Francisco Javier Albizua.